domingo, 18 de septiembre de 2016

Hillary Clinton, la candidata del excepcionalismo estadounidense


Fabricada por la grandes medios corporativos al servicio del establishment estadounidense, la idea de que Hillary Clinton debe ser la próxima inquilina de la Casa Blanca parece ya claramente instalada entre la "opinión pública" mundial.

Y no sólo en EE.UU, sino que de manera zafia, estos mismos medios han ocultado a la opinión pública europea como

Hillary Clinton ganó la nominación demócrata a la presidencia a través de una votación fraudulenta, como concluye el informe de Election Justice USA y que explica detalladamente como el senador Bernie Sanders perdió debido a las irregularidades cometidas por la propia maquinaria del Partido Demócrata. (1)

Sin embargo, la realidad está muy lejos de la propaganda que reviste a Hillary Clinton de un imaginario aura de moderación, progresismo, bondad o altruismo.

Una carrera hacia el poder
El Partido Demócrata estadounidense lleva décadas preparando el camino de Hillary Clinton a la Casa Blanca para convertirla así en la primera mujer que ocupa la Presidencia en la Historia de EE.UU.

Hillary Clinton, educada en los valores religiosos metodistas y formada como abogada y profesora de leyes, ha recorrido todos los peldaños necesarios para aspirar al máximo cargo; Secretaria de Estado, senadora de los Estados Unidos, primera dama del estado de Arkansas y por su puesto, primera dama de los Estados Unidos (2). Durante esta época fue ya miembro del consejo de administración de Wall-Mart, iniciando su exitosa carrera como mujer de negocios.

Una andadura cobijada y apoyada en todo momento por los verdaderos poderes que rigen EE.UU: no hay duda alguna de que Hillary Clinton es la candidata del establishment.

Ello significa que Clinton goza del beneplácito de la estructura real de poder; el complejo militar-industrial, el poder financiero y la inmensa maquinaria estadounidense de seguridad nacional e Inteligencia, así como el visto bueno de la gran agro-industria y de la poderosa industria farmacéutica estadounidense.

Una imagen construida durante años
Bill Clinton fue elegido presidente en 1992 y reelegido en 1996. Enseguida, la primera dama, saltó a la palestra política como supuesta defensora de una "loable" iniciativa que buscaba proporcionar una "cobertura médica asequible a todos los estadounidenses".

La maquinaria demócrata comenzaba a impulsar la carrera política de Hillary, poniéndola a presidir la Comisión para la reforma del Sistema de Salud Nacional, que fue vendida como un intento de reformar el sistema sanitario estadounidense. Detrás de la iniciativa se ocultaba el negocio de las aseguradoras privadas.

No se trataba de ofrecer un sistema universal de salud, sino instaurar una cobertura sanitaria más amplia merced a la “competitividad gestionada” entre compañías privadas ; es decir, ampliar el negocio.

La iniciativa fue ideada y concretada por sus asesores; ella debía sólo aportar su imagen y tratar de convencer al Congreso, donde finalmente no tuvo éxito. Habría de esperar unos años para ver como el famoso "ObamaCare" continuaba esta senda.

Una vez su marido abandonó la presidencia, un nuevo impulso a su carrera política la llevó a convertirse en la primera mujer electa como senadora de los Estados Unidos por el estado de Nueva York en el año 2000, siendo reelecta en 2006.

Con este bagaje, se presentó como candidata presidencial en 2008; era la opción del Partido Demócrata por delante de Obama, que finalmente fue el elegido por el poder "demócrata" porque se había hecho demasiado popular en las encuestas como para arriesgarse a perder las elecciones sí se apostaba por Hillary Clinton.

Sin embargo se le reservaba un papel clave como secretaria de Estado.

Hillary Clinton se lanzó de inmediato a la misión de restaurar la posición de primacía de los Estados Unidos en el mundo. Para desarrollar un nuevo “poder inteligente” combinando una diplomacia agresiva, la constante amenaza del uso de la fuerza militar o la promoción e imposición de sanciones internacionales, Clinton recurrió a cualquier metodología, incluyendo la guerra ( contra Libia ), el fomento y apoyo de grupos terroristas reconocidos como Al Qaeda ( Libia, Siria, Iraq), las sanciones y bloqueos (Irán) o el apoyo abierto a golpes de estado como en Honduras.

Tras abandonar el cargo en febrero de 2013, finalmente su vuelta a la primera plana política se confirma cuando el 12 de abril de 2015 anuncia su campaña para la presidencia.

Donald Trump, el adversario demonizado
Enfrente tendrá al demonizado Trump, un hombre de negocios entre cuyas intenciones declaradas estarían el repliegue militar estadounidense o fuertes inversiones en la renovación de la infraestructura del país. Desde luego Trump no es tampoco un personaje del cuál fiarse dada su volatilidad, y en efecto habría que comprobar si una vez accediese al poder seguiría manteniendo el mismo discurso.

Sin embargo, como hombre pragmático (de hecho, antes de decidir presentarse como candidato republicano se le consideraba más cercano al Partido Demócrata), Trump ha declarado en numerosas ocasiones su intención de romper con la política de enfrentamiento con Rusia, sustituyéndola por el establecimiento de fuertes vínculos comerciales que, según su visión, favorecerían no sólo a estos dos países sino también a Europa y al mantenimiento de la estabilidad mundial. Si de alguna manera se puede hablar de candidatos "independientes" a la Casa Blanca, es evidente que Donald Trump se ajusta mucho más a ese perfil que Hillary Clinton.

Es sumamente complicado aventurar que depararía una presidencia de Trump. En cambio, parece mucho más previsible imaginarnos las lineas de actuación fundamentales de un nuevo gobierno Clinton.

El sistema apoya a Clinton
Clinton & Leon Panetta
La idea de que Donald Trump pudiera convertirse en presidente ha sido repetidamente descrita como un "peligro"..pero, ?un peligro para quién?

Los avisos interesados en este sentido apuntan no a la política interna que Trump podría desarrollar hipotéticamente, sino a sus anunciadas intenciones acerca del papel de EE.UU en el mundo.

En efecto, ex altos funcionarios de la CIA han escrito en los medios a favor de Hillary, calificando públicamente a Trump como un “riesgo de seguridad nacional”.

El apoyo del establishment de Inteligencia a Clinton se delata ciertamente al comprobar el intenso activismo electoral de miembros de la Seguridad Nacional e Inteligencia, posicionándose sin ambigüedades junto a Hillary Clinton. Entre los mencionados ex funcionarios de la CIA encontramos nombres como Leon Panetta, Michael Hayden o Michael Morell, todos del círculo de confianza de Hillary y afectos a las ideas agresivas de Clinton; unos métodos que vinculan a la Inteligencia estadounidense con los principales movimientos yihadistas activos hoy en día.

Gral. M.T. Flynn
Resulta esclarecedor que en el equipo de trabajo de Donald Trump, encontremos al general Michael T. Flynn, ex director de la Defense Intelligence Agency, quién fuera purgado y obligado a dimitir tras no estar de acuerdo en el impulso para la creación del Emirato Islámico en Siria e Irak. (3)

Finalmente, en el equipo de Clinton y como aspirante a la vicepresidencia, tenemos al senador Tim Kaine, todo un halcón neoliberal y destacado lobbista del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP); ex-gobernador del estado mas implicado con la industria militar y de seguridad de EE.UU como es Virginia.

Pero no debe sorprendernos; Hillary Clinton es la candidata del sistema, pues, como ocurre con tantos otros, Hillary representa al sistema y a los poderes del "estado profundo" que aspiran a un nuevo impulso del poderío global estadounidense haciendo frente a la Rusia de Putin, China o Irán, entre otros, recurriendo a cualquier tipo de estrategia o solución, incluida la guerra. De hecho recurre regularmente a la carta "rusa" para sus ataques a Trump, al que vincula con el Kremlin y con Putin; en su delirio, Hillary ha llegado a afirmar que la Inteligencia rusa sería responsable de filtrar informaciones perjudiciales para su campaña en beneficio de Trump.

En Europa, la imagen de Hillary Clinton es vendida como la opción sensata y moderada frente a los "excesos de Trump"; ¿acaso consideran un exceso tratar de normalizar la relación entre las dos mayores potencias nucleares del planeta como son EE.UU y Rusia, por citar sólo un ejemplo de las declaraciones de Trump?

Hillary Clinton, otra millonaria elitista
Sorprende que los medios de masas europeos más proclives a posiciones teóricamente más a la izquierda, presenten a Hillary Clinton como una especie de luchadora por los derechos civiles o de las minorías; Clinton, al igual que Trump, es una multimillonaria perteneciente a una selecta élite estadounidense que poco o nada que ver tienen con la defensa de derechos de las clases o minorías oprimidas.

Su ideología es profundamente neo-liberal en lo económico y conservadora en lo social, pese a toda la aureola de propaganda que trata de convencernos de su activismo social. Si nos retraemos en el tiempo, del saliente presidente Obama se decía algo parecido; ningún análisis serio de sus 8 años de presidencia puede concluir que en EE.UU se haya producido un estrechamiento de la brecha social o una redistribución más equitativa de la riqueza, sino todo lo contrario.

Las finanzas de Hillary
Resulta revelador comprobar de dónde proceden las donaciones para la campaña ; en abril pasado, la BBC ofrecía una información que deja claro el respaldo activo del sector financiero a Clinton.

Se hizo público cómo, ciertamente, hasta marzo de 2016 habría obtenido más fondos de firmas de abogados que procedentes de las finanzas (13 millones de dólares de bufetes de abogados frente a poco más de 3,7 millones de dólares de los sectores de títulos valores e inversión, 889,000 de bancos comerciales y casi 1,3 millones de otros sectores financieros).

Pero el hecho oculta que la mayor parte de estas donaciones de abogados provienen realmente del sector financiero ya que representan a grandes corporaciones, aseguradoras, bancos, fondos de cobertura, fondos de inversión y sociedades de responsabilidad limitada. (4)

Estas revelaciones ofrecen la verdadera cara del clan Clinton, dedicados durante años a promocionar y defender los intereses financieros de Wall Street a lo largo y ancho de EE.UU en numerosas y bien remuneradas charlas y conferencias.

Su hija, Chelsea Clinton, trabajó en el sector de fondos de inversión antes de casarse con Marc Mezvinsky. Éste enlace ligaba a la familia al que fuese banquero de Goldman Sachs durante 8 años y que fracasaría al crear su propio hedge fund (Eaglevale Partners) con antiguos colegas de Goldman Sachs.

La relación estrecha de los Clinton con el sector bancario permitió una acumulación de patrimonio que finalmente daría lugar a la creación de la Clinton Foundation ahora valorada en 2.200 millones de dólares desde su creación en 2001.

Bajo fachada filantrópica global, éste gigantesco negocio recibió hasta un tercio de las aportaciones superiores al millón de dólares procedentes de entidades, individuos o incluso gobiernos extranjeros, tan variopintos como el príncipe heredero de Bahrein o los gobiernos de Kuwait, Qatar, Omán, Australia, Noruega, República Dominicana o Argelia, los cuáles donaron fondos a la organización mientras Clinton ejercía de Secretaria de Estado. (5)

Tras dejar el cargo, en 2014 comenzó también a recibir generosos donativos procedentes de la familia real Saudí, Emiratos Árabes o Alemania.

Entre los empresarios, filántropos y fondos de inversión donantes de fondos a la Clinton Foundation, encontramos al magante minero y filántropo canadiense Frank Giustra  el ucraniano Victor Pinchuk (magnate del acero y una de las mayores fortunas de dicho pais), el saudí Mohamed al Amudi o Rilin Enterprises, una compañía dirigida por el multimillonario chino Wang Wenliang, que no pueden sino hacer sospechar de las actuaciones de Clinton como Secretaria de Estado, en función de las donaciones que recibía la Clinton Foundation. (6)

Bill Clinton junto a Viktor Pinchuk y su esposa.
Inclusive se habla de que el "dinero republicano" prefiere a Hillary Clinton, quién para su campaña estaría captando fondos de grandes empresas y 'lobbies' que tradicionalmente han financiado a los candidatos republicanos, lo que constituye un hecho sin precedentes en la Historia electoral estadounidense.

Las fortunas estadounidenses que han sostenido al Partido Republicano, como los hermanos Charles y David Koch, si bien no han apoyado abiertamente a Clinton, sí han mostrado públicamente su distancia con Trump.

Otras figuras republicanas, como el ex consejero delegado del estudio de Hollywood Harry Sloan (importante sostén de las campañas de los republicanos John McCain y Mitt Romney, en 2008 y 2012) o la consejera delegada de Hewlett Packard ( candidata a gobernadora de California por el Partido Republicano en 2010) han declarado que Clinton es la opción correcta en estas elecciones.

Como dato revelador, el periódico 'New York Times' publicaba como hasta finales del mes de junio, Clinton habría recibido casi cuatro veces lo que Donald Trump de donantes que apoyaron a alguno de los 19 candidatos republicanos en las Primarias; no existen precedentes de una situación cómo esta en la Historia electoral estadounidense.

En conclusión, es evidente que los Clinton desarrollan su propia agenda lejos de causas sociales y bienestar común; como hemos visto, incluso al margen de los propios intereses estadounidenses.

Hillary y las causas sociales
Las elecciones presidenciales en EE.UU son, principalmente, un espectáculo de masas dirigido por medios de comunicación, asesores, marketing y donantes.

Y en éste caso, está siendo orientado para establecer la continuidad de las políticas de estado de EE.UU, mediante, claro está, la victoria de Hillary Clinton. Han sido años cultivando la imagen cuidadosa y artificialmente construida que la presenta como una candidata de gran sensibilidad social y defensora de las minorías.

Nada más lejos de la realidad; los Clinton son una pareja multimillonaria y la cotidiana realidad de la mujer trabajadora estadounidense no mejorará por el hecho de que Hillary sea presidenta, de la misma manera que la situación de la afroamericanos no ha mejorado por el hecho de tener como presidente a Barack Obama.

Hillary y su marido Bill (autoproclamándose como los "neo-demócratas") introdujeron hace décadas un cambio fundamental en la ideología del partido; sustituir el concepto de igualdad social (heredero del espíritu del New Deal de Rooselvet) por una nueva concepción; la igualdad de oportunidades enfocadas al éxito individual.

El diseño y promoción de las denominadas “políticas de la identidad” buscaba la destrucción de identidades comunes históricamente asentadas en favor de la promoción individual, disfrazada de lucha por la identidad étnica, racial o sexual.

Una idea que sustituye conceptos como "clase trabajadora", "bienestar común" o "derechos universales" por el "éxito individual"; aplicado a Hillary Clinton se traduce en enriquecimiento y poder.

El otro factor clave a tener en cuenta es que la posible presidencia de Hillary representaría la primera en la Historia en la que una mujer ocupara en la Casa Blanca.

Por ello, los estrategas demócratas tratan de identificar el éxito y la ambición personal de Hillary Clinton con el éxito de todas las mujeres, fabricando la sensación de que con una mujer al cargo la situación de la mujer mejoraría instantáneamente, a la par que el ascenso al poder de multimillonaria al servicio de la élite se vendería como un triunfo colectivo femenino.

En realidad, podemos concluir que toda referencia a la causa feminista se convierte en puro electoralismo hipócrita en manos de Hillary.
¿Acaso las donaciones recibidas de las retrogradas autocracias del Golfo en su negocio familiar se han utilizado para mejorar la situación de la mujer en algún lugar del mundo?

Hillary Clinton como Secretaria de Estado
Repasando el infame historial de Clinton al frente de la diplomacia estadounidense podemos encontrarla mezclada en todos los conflictos que aún hoy permanecen activos; Hillary incendió el mundo y ahora su vuelta solo agravaría estos problemas.

Su primera decisión como secretaria de Estado fue respaldar el golpe militar que derrocó al presidente Manuel Zelaya en Honduras en 2009. Desde aquel momento, por ejemplo, las situación de las minorías homosexuales que Clinton dice defender se ha deteriorado de manera extrema hasta sufrir una verdadera persecución legal y una violencia desatada.

Gral. Carter Ham
Posteriormente en Libia, el papel decisivo de Clinton empujó a GB y Francia a comenzar la guerra contra la Libia de Gaddafi, haciendo uso de la tristemente celebre doctrina de “responsabilidad para proteger” (R2P). Se ocuparía de impedir cualquier esfuerzo diplomático para mediar con el gobierno de Trípoli, incluso contra la iniciativa de parte del ejecutivo estadounidense para negociar una salida del poder con Gaddafi. Clinton maniobró para forzar la dimisión del general Carter Ham, comandante del AfriCom, quién se negaba a colaborar estrechamente con Al-Qaeda y fue obligado a renunciar al mando de la guerra contra Libia. (7)

Finalmente, para la Historia quedará la infame imagen de Clinton jactándose grotescamente del aberrante asesinato del líder libio.

Respecto a Siria, Hillary desearía aplicar una solución militar donde buscaría apoyarse fundamentalmente en Arabia Saudí, Qatar e Israel para acabar con Al Assad, fragmentar Siria y destruir la alianza entre Irán, Siria y Hezbolá. Esa era su intención cuando dirigía sus esfuerzos a imponer una “zona de exclusión aérea” y desarrollar una estrategia similar a la aplicada en el país norteafricano.

Hillary Clinton y sus altos cargos militares partidarios no representan sino el corazón de la America Fundamentalista, como describe Jeff Sharlet en su libro "The Family: The Secret Fundamentalism at the Heart of American Power" (2008). Un núcleo duro que no ha dudado durante décadas en recurrir al yihadismo como fuerza de choque ( desde Afganistán contra la URSS hasta Daesh hoy), como la propia Clinton admitía hace años ante la cadena Fox News.

Entre sus últimas tareas como secretaria de Estado, en 2012 , Clinton fue la encargada de anunciar el viraje hacia Asia oriental de la política exterior estadounidense; otra solución de amenaza militar frente al ascendente poderío económico y comercial de China,

puesto que supone un desplazamiento significativo del poder naval estadounidense, de Europa y Oriente Medio al Pacífico occidental.

La famosa estrategia del "collar de perlas" para contener a Chima supone que EE.UU implique a nuevos y tradicionales aliados en ésta iniciativa, aumentando significativamente la tensión en la región clave del siglo XXI.


Pero no cabe duda de que el mayor peligro inmediato sería la postura de un Washington con Hillary Clinton, extremadamente beligerante hacia Rusia tanto por su posición en el conflicto del Donbass con Ucrania, como por su decidida defensa de su aliado sirio. Como anécdota significativa, recordar que Clinton manifestó en 2008 que consideraba que Vladímir Putin, como ex-agente del KGB, " no tenía alma”.

Las acusaciones, sanciones, una alocada carrera armamentística y el aumento de la retorica de las amenazas contra Moscú serían así la única receta que Clinton desplegaría, visto que Rusia no se pliega a los designios de Washington; con el poder en manos de un personaje como Hillary Clinton, el mundo puede tener por seguro que restan por vivir episodios de tensión cercanos al abismo.

Hillary Clinton y el excepcionalismo estadounidense 
En el transcurrir de la Historia, han sido muchos los pueblos y civilizaciones regidos por la idea de la excepcionalidad, derivada de haber sido elegidos por Dios; desde Roma hasta los imperios español y británico, la idea se perpetúa hasta hoy con casos como el estado de Israel o el mismísimo Califato del Daesh.

Hillary Clinton es firme partidaria de la creencia semirreligiosa en el rol “excepcional” de Estados Unidos para configurar, bajo su designio casi divino, un mundo a su imagen y semejanza; en una ocasión, Madeleine Albright, igualmente antigua secretaria de Estado, manifestó que EE.UU se situaba por encima y veía más allá que el resto de las naciones.

Del mismo parecer, con Clinton es más que factible que la política exterior de Estados Unidos volviera a basarse en la idea de ser una nación única con un misión ineludible.

Como parte de la doctrina, se repite una y otra vez que los Estados Unidos son la única nación fundada sobre un ideal de libertad para el individuo, tanto política como económica.

En la realidad, propagar este "ideal" ha sido la base de las actuaciones llevadas a cabo tanto por administraciones demócratas como republicanas desde la Segunda Guerra mundial y el ascenso estadounidense al status de superpotencia. A partir de ese momento, las pretensiones estadounidenses de superioridad moral han sido basadas principalmente en el miedo;

EE.UU posee el mayor arsenal nuclear del planeta y son la única nación que ha utilizado esta clase de armas, además de controlar férreamente las principales instituciones financieras mundiales, utilizadas en no pocas ocasiones para desatar guerras económicas tan dañinas o más que las guerras convencionales.

Un ejemplo perfecto es lo acontecido durante la administración de Bill Clinton. EE.UU implementó su conquista de nuevos mercados ocupando los ex espacios soviéticos mediante golpes de estado y "revoluciones de color" que instalaron gobiernos "prooccidentales" en las ex repúblicas soviéticas. Un proceso que incluyó también el bombardeo y desmembramiento de la ex Yugoslavia.

Durante la referida era Clinton se consolidó la "apertura de mercados" en el ex espacio soviético: fue entonces cuando bancos y corporaciones occidentales se hicieron a precio de saldo con sus valiosos sus recursos naturales e infraestructuras, incluidos oleoductos y gasoductos.

Por tanto, con Clinton volveríamos a ver aplicado el dogma del "mesiánico designio", que no ha consistido sino en el empleo de la fuerza militar para implantar la economía de mercado y la apertura de nuevos mercados de una parte a otra del globo, lo que ha originado la inmediata asociación entre “democracia y mercados libres” e invasión militar extranjera o golpe de estado con patrocinio externo.

Hillary Clinton conoce bien los engranajes del excepcionalismo estadounidense; cómo se produce, cómo se fomenta, cómo se desarrolla y qué instrumentos se usan para asentar la idea de que todo el planeta debe aceptar esta realidad como cierta e inamovible. Si es aceptada, voluntaria o forzosamente, se legitima la idea de que EE.UU y su política exterior no tienen porqué estar sujetas al derecho internacional.

El gran discurso excepcionalista de Hillary
La puesta en escena de Hillary Clinton reafirmándose en la idea"excepcionalista" tuvo lugar a través de un discurso que ha pasado casi desapercibido, convenientemente olvidado por los medios que tratan de presentar a Clinton como la candidata de ensueño. Pero ciertamente se trata de un discurso extremadamente esclarecedor acerca de lo que puede depararnos otra nueva "era Clinton".

Clinton decidió presentar su creencia firme en el excepcionalismo estadounidense en un discurso en la convención de la Legión Americana, una asociación de veteranos creada tras la Primera Guerra Mundial, en Cincinnati (Ohio) hace solo unas semanas. (8)

Trató desde el principio de adoptar el papel de un decidido "líder" militar, presentándose ante la audiencia como la hija de un militar republicano y como una “americana orgullosa”, además de mostrar su admiración por los estamentos militares.

Primeramente afirmó su compromiso con el gasto militar estadounidense:

"Estados Unidos no puede perder su ventaja militar ni imponer límites arbitrarios a algo tan importante como sus Fuerzas Armadas...invertiré en una nueva frontera de implicación militar, protegiendo los intereses estadounidenses en el espacio exterior y el ciberespacio”.

Todo un guiño al complejo militar-industrial y a la expansión del gasto armamentístico estadounidense.

Es curioso que recuperase citas tanto de Abraham Lincoln como de Ronald Reagan, histórica referencia de la derecha estadounidense y de los nostálgicos de la Guerra Fría:


“Todavía somos la ciudad de Reagan que brilla en la colina”, repitiendo uno de los lemas del ex presidente.

El discurso de Clinton no tiene desperdicio como presentación de sus credenciales.

Clinton prometió apostar en un futuro por una mayor implicación geopolítica de EE UU:

“Cuando decimos que América es excepcional, significa que reconocemos la habilidad única de América de ser una fuerza de paz y progreso y cuando Estados Unidos no lidera en el mundo, deja un vacío que o bien causa el caos o bien hace que otros países o redes se apresuren a llenarlo”.

Finalmente quiso remarcar su profunda convicción de que EEUU es un país excepcional aunque escucharlo pueda resultar desagradable para otros países, en clara referencia a Rusia y China:

"EEUU es un país excepcional, estoy convencida de que, como decía (Abraham) Lincoln, seguimos siendo 'la última y la mejor esperanza de la Tierra".

“Mi oponente en esta carrera ha dicho muy claramente que piensa que la excepcionalidad estadounidense es insultante para el resto del mundo. Cuando decimos que Estados Unidos es excepcional, no significa que otros países no sientan un orgullo nacional profundo. Significa que reconocemos la capacidad única y sin parangón de Estados Unidos para ser una fuerza de paz y progreso, un campeón de la libertad. Puede ser que no quieren escucharlo, sin embargo esto no significa que no sea así: EEUU es un país indispensable y tiene socios mucho más fiables y numerosos que China y Rusia". (9)

Realmente se trató de un doble mensaje dirigido también a Trump ya que el magnate ha sido tal vez el primer candidato en la historia de Estados Unidos en disentir públicamente de la idea de que el destino de su país es imponer sus valores de forma universal. .

Desde su lógica de hombre de negocios Trump parece entender que simplemente mediante una adecuada política comercial asegurará el acceso a las materias primas estratégicas de una manera mucho más barata y segura que manteniendo el poderío militar necesario para mantener el flujo de tales recursos...pero eso significa chocar con la interminable expansión de los "excepcionales" valores estadounidenses.

NOTAS:

(1) http://usapoliticsnow.com/election-justice-usa-finds-bernie-sanders-lost-estimated-184-delegates-election-fraud/
(2) https://www.hillaryclinton.com/es/about/hillary/
(3) DIA Declassified Report on ISIS, August 12, 2012.
(4) https://igdigital.com/2016/04/quien-se-oculta-detras-de-hillary-clinton-y-donald-trump/
(5) http://www.univision.com/noticias/elecciones-2016/correos-muestran-que-donantes-de-la-fundacion-clinton-escribian-a-la-mano-derecha-de-clinton-para-solicitar-citas
(6) http://www.bloomberg.com/politics/articles/2015-05-07/the-billionaire-whose-clinton-foundation-ties-could-be-trouble-for-hillary-clinton
(7) http://m.washingtontimes.com/news/2016/aug/26/wikileaks-julian-assange-hillary-clinton-elite-imm/
(8) http://internacional.elpais.com/internacional/2016/09/01/estados_unidos/1472683972_740276.html
(9) http://mundo.sputniknews.com/america_del_norte/20160901/1063173517/eeuu-pais-excepcional.html

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